sábado, 17 de agosto de 2013

Tranquilidad





Haz todo lo posible para que, ante cualquier situación,
tu primera respuesta sea tranquila y serena y a partir de allí,
poder delinear un curso de acción efectivo y positivo.
Al enfrentar incompetencias, enojos, hostilidad, frustración,
odio o confusión, responde pacíficamente.
Ponte a ti mismo en una posición tal,
que puedas hacer que las cosas avancen con fuerza y positivamente.
Haz que tu punto de partida sea la paz,
porque desde ese lugar puedes alcanzar verdaderos progresos.
tranquilidad
No permitas que los problemas te condicionen,
aún cuando parezcan estar rodeándote,
cercándote y aumentando a cada instante.
Dentro de ti siempre hay un lugar para estar en paz
y cuando lo encuentras, lo irradias con fuerza hacia el exterior.
Responder con actitud pacífica no quiere decir
que tengas que permitir que los demás te dañen
o se aprovechen de ti.
Significa que tú te mantengas comprometido
con ser y hacer lo correcto,
y alejado de sentirte abrumado
por cualquier cosa que haya podido salir mal.
Una respuesta pacífica no es débil ni ingenua sino firme,
confiada, enérgica y efectiva.
Permite que una parte de ti se mantenga en paz
no importa lo que pase,
y el resto de ti así como aquellos que te rodean
y las situaciones en las cuales estén involucrados,
se beneficiarán enormemente.

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