martes, 24 de septiembre de 2013

¿COMO EVALUAMOS LA VIDA?




pasan los años y cuando llegamos a cierta edad nos detenemos a evaluar la vida, a sumar años, hacer recorridos en la historia memorial del tiempo.

Esas evaluaciones la determinamos por la cantidad de actividades en la que hemos participado, los reconocimientos recibidos, por los títulos universitarios que hemos obtenidos y colgamos en la paredes de la casa u oficina.

La vida la medimos por el número de amigos que tenemos o conocidos influyentes en el gobierno de turno, otras veces la evaluamos de acuerdo a la manera que somos aceptados por los demás, en el entorno donde nos desenvolvemos.

Evaluamos nuestra vida por los resultados financieros de fin de año, o por la membrecía del club X, por los lujos que exhibimos , los lugares que frecuentamos ,los viajes que hacemos, las boutique donde compramos nuestra ropa, la marca de los perfume que nos ponemos ,por las carteras y zapatos que usamos , que solo sirven para anotar puntos, como si se tratara de un juego… vivimos y medimos la vida por competencia, por aparentar lo que en realidad nos falta, y hacemos creer que somos de una clase social a la que no pertenecemos.

No sigamos midiendo la vida por los éxitos o la fama, ni por la cuenta bancaria que tenemos, porqué muchas veces debemos preguntar cómo lo ganamos, no valoremos la vida por la profesión, cuántos analfabetos tienen ideas más brillantes que aquellos que fuimos a la universidad, no evaluemos la vida, por el lugar donde estudiamos o donde trabajamos. Hay trabajos más digno que el nuestro.

No podemos medir la vida por la casa donde vivimos, tal vez solo la habitamos o por la marca del auto que tenemos, es probable que no sepamos conducirlo.

Si pudiéramos evaluar la vida:
Por los retos asumidos
Por la entrega y el amor en lo que hacemos
Por el entusiasmo puesto en el trabajo
Por la confianza ganada
Por la luz que irradiamos
Por la alegría transmitida
Por la honestidad exhibida
Por la inteligencia sumada
Por el respeto obtenido
Por los sueños compartido
Por las oportunidades brindadas
Por la superación humana y la estabilidad emocional.

Si aprendiéramos a vivir la vida, al final, es posible que no tengamos que medirla, porque mas allá de medirla, es ver los resultados, no por lo que recibimos, sino por lo que pudimos haber dado.

Porque la vida, si tiene una medida, deberíamos medirla por la equidad entre los seres humanos ,la ética, la honestidad, y el respeto por lo que hacemos, que sería el resultado de lo que somos, pero sobre todo, por lo que sembramos en el camino, para alimentar el corazón de los demás.

La vida es un privilegio, disfrutarla es una gracia, vivirla es una bendición, compartirla es un honor.

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