domingo, 18 de agosto de 2013

LA SIEMBRA



La siembra: toda obra es fruto del contacto con la vida. El hombre creador no puede encerrarse en una torre de marfil; precisa estar en contacto con el prójimo y compartir su condición humana. Nunca sabrá de antemano cuales son las cosas que serán importantes en el futuro, de modo que cuanto más intensa sea su vida, más posibilidades tiene de encontrar un lenguaje original. Le Corbusier decía que “mientras el hombre quiso volar imitando a los pájaros, nunca lo consiguió”. Lo mismo pasa con el artista: aun cuando sea un traductor de emociones, no conoce completamente el lenguaje que está traduciendo, y si intenta imitar o controlar la inspiración jamás llegara a donde desea. Necesita permitir que la vida siembre el campo fértil de su inconsciente.

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