viernes, 22 de noviembre de 2013

DOMINANDO LA TRISTEZA



Si realmente deseas vencer esa sensación

de tristeza, de desaliento, de no estar haciendo

lo que sientes o lo que quieres:

¡No debes nunca renunciar a tus sueños!


Si quieres destronar la tristeza y construir la realidad.

Si quieres que tu alegría se vuelva a grabar en tu aspecto,

porque éste está permanentemente inexpresivo,

triste, y la angustia te envuelve y no te deja pensar.


Si quieres dejar de abandonarte al fracaso,

que tus planes se desmoronen, tus ilusiones

se quiebren, y tus sueños se pierdan.

Si es así, entonces, no te rindas, ni a la derrota,

ni al olvido, ni al cansancio, ni a la tristeza,

ni a la melancolía que envuelve y no deja pensar.

No renuncies nunca a tu verdad, por más

que otros no la vean o no te crean.

¡No te rindas!


En medio de la tormenta, que puedas vivir

eternamente, vive un sol que resplandece

y que en cualquier momento, si sigues creyendo,

si no renuncias, dibujará un arco iris

que te llenará de color, alejando a la tristeza.


No renuncies nunca a tus sueños, ni a ser feliz.

Es necesario creer, pese a todas las caídas

y fracasos, darte una nueva oportunidad para ser

quien realmente eres, tal como quieres.

Cumplir tus sueños, o crear otros y vivirlos.


Recordar esos momentos de sueños cumplidos,

la alegría, el calor que sentías en tu piel y en tu corazón,

la fuerza, la magia, la sonrisa; esa sonrisa que te sostiene,

que no se da por vencida, que busca nuevos caminos,

que triunfa por encima de los recuerdos tristes,

borrándolos y dejando los sueños limpios, renovados

y listos para crecer. Presta atención a lo que te dices

a ti mismo cuando hablas mentalmente.

Es ahí donde debes empezar a hacer los cambios.


Niégate a pensar con pesimismo, hazte el hábito

de sustituir los pensamientos negativos con positivos,

antes de que los primeros terminen de ser expresados.

Trata de buscar los pensamientos destructivos

que hay en tu voz interior. Aprende a aprovechar

y disfrutar de lo que tienes y deja de lamentarte

por lo que no tienes.


La fe y la confianza en Dios te evitará la tristeza.

Si tu vida está con Dios, tendrás una existencia plena

de alegría, aún en situaciones en las que otras personas

han de estar tristes. Trata de ayudar a otros a vencer

su tristeza y verás que ese es el mejor remedio

para ti mismo. Cuando trates de ayudar a los demás

a salir de su estado de tristeza, no le exijas la perfección.


Agradece a Dios por los éxitos obtenidos, aunque

fueran parciales, y trata de aprender de los errores

del pasado y tómalos como cimiento para tu futuro.

Recuerda siempre que detrás de la Tormenta


siempre Sale el Sol y que el Tiempo es el mejor maestro,

es quien cura todas las heridas

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