miércoles, 27 de noviembre de 2013

SOMOS LO QUE SOMOS, PERO TAMBIÉN LO QUE FUIMOS



Somos el fruto de la evolución, de nuestra herencia, del lugar donde nacimos y de tantos lugares que nos han visto crecer. 

Somos lo que queda de la educación que hemos recibido, de las circunstancias que nos han rodeado. 

Somos las miserias que ocultamos al mundo, porque todos tenemos miserias que esconder, todos tenemos un lugar, en algún rincón, en el que en algún momento hemos sido perdedores, todos tenemos acorralado en algún escondite de nuestro cerebro oscuras historias enmascaradas.

Somos el recuerdo de nuestra edad de oro, porque todos hemos tenido un tiempo en el que éramos el centro del universo, las noches salían redondas, cazadores de mujeres u hombres, recolectores de frutos silvestres, cuando parecía que el mundo no se acababa nunca, que todo era presente eternamente. Que cada conquista no era más que un trofeo que servía para asaltar el siguiente.

Somos nuestra memoria, y la memoria que de nuestros antepasados conservamos en un subconsciente forjado por las imágenes y relatos que nos han ido calando a lo largo del tiempo. Somos simplemente el paso del testigo antes de que la extenuación haga mella en nuestro devenir.

Somos las nostalgias que conservamos de todo aquello que nos hubiera gustado que fuera, y nunca jamás sucedió. De todo lo que recordamos a nuestra manera. De las fantasías que se mezclan con la realidad para formar un todo indivisible. Del anhelo del retorno al pasado, a volver a recorrer el camino con el conocimiento de cada uno de los desenlaces que se abren ante cada posibilidad.

Somos las arrugas que emergen de antiguas risas, de relegados enfados, de meditadas reflexiones. La mirada que se tiñe de todos los cielos e infiernos que ha contemplado. La voz y la boca que se ensombrecen de palabras caídas a un pozo sin fondo, de besos antiguos, los besos que no hemos dado, de susurros al vapor, de palabras necias, de palabras sabias, de todas las palabras que no tienen vuelta atrás.

Somos la impronta de los amores, amantes y amigos que por nuestros cuerpos y nuestros sentidos han pasado. Somos un poco de cada uno sin elegir con lo que de cada uno nos queremos quedar, y lo que de cada uno queremos descartar. Somos la imitación o la repulsión de algún gesto, alguna palabra ajenas a nuestro control.

Es por todo ello y por mucho más que:

SOMOS LO QUE SOMOS, PERO TAMBIÉN SOMOS LO QUE HEMOS SIDO

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