movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti,
y para evitar que yo mismo me manche de la culpa ingrato, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.
Sagrado Corazón de Jesús en voz confío
La más íntima esencia de la realidad personal es el amor. Y puesto que Cristo tuvo un amor perfecto, su corazón es para nosotros el perfecto emblema del amor. Su corazón fue saturado de amor perfecto al Padre y a los hombres. Nosotros aprendemos lo que es amor tratando de comprender algo del amor de Cristo. Su amor es totalmente, pero no solamente, humano, porque en él nos encontramos con el misterio de un amor humano-divino. El corazón humano de Cristo está hipostáticamente unido a su divinidad. El amor de Dios se ha encarnado en el amor humano de Cristo.
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