jueves, 5 de marzo de 2015


El deseo de servir a los demás se ha convertido en una necesidad espiritual para muchas personas, tal vez porque ahora vivimos más años y queremos seguir activos en la sociedad y llevar una vida que tenga un propósito hasta el fin de nuestros días. Es raro encontrarse a una persona que quiera jubilarse de una vida con sentido.

Las personas de mediana edad, especialmente, buscan un sentido a la vida. Carl Jung describió la madurez como un despertar a la necesidad de vivir una vida de propósito espiritual en vez de LIMITARSE a colmar las necesidades básicas de la supervivencia física o a perseguir el placer. Jung vio a todas las personas como HÉROES/HEROÍNAS de su propio viaje vital, que emprendían el camino hacia una mayor conciencia espiritual.

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