viernes, 6 de marzo de 2015

REÍRSE DE UNO MISMO



No hay que perder la capacidad de divertirse y de reírse de sí mismo. No hay que frustrarse con querer lo que no tiene, sino aceptar la situación que te toca vivir y aprender a disfrutarla. Si la persona pierde la capacidad de divertirse, perderá el entusiasmo de vivir. 

El ZEN promulga que debemos aprender a ser menos serios y soltarnos.

Ser capaces de reírnos de nosotros mismos. El humor está estrechamente relacionado con el ingenio. No es tan fácil reírnos de las situaciones grotescas o difíciles que aparecen en la vida; para hacerlo, debemos haber soltado los miedos y estar en un estado de relajación, dejar a un lado el orgullo y el ego.

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