miércoles, 18 de diciembre de 2013

¿CÓMO SE QUE ESTOY EN EL BUEN CAMINO?



¿Ando por el buen camino? ¿Pero cómo? ¿Cómo sé que hago las cosas bien? Es más fácil de lo que crees o de lo que te pueda parecer. Empieza que casi no te das cuenta.

Por ejemplo muchas puertas se te abren, gente aparece y no sabes de donde, te suceden coincidencias. Si no vas por tu camino, vas entre brumas, las cosas no salen. Cuando vas por donde has de ir y dejas fluir tu energía, tu vida se vuelve más fácil y satisfactoria. Tu reto consiste en decidir que obstáculos requieren la revisión de tu camino o si has de cambiar a otro, o si están allí para que desarrolles la paciencia o la perseverancia. Saber cuándo insistir y cuándo no depende de tu expe­riencia y de tu conciencia.

Puedes saber si los obstáculos están para tu evolución o para buscar otro camino, viendo como te sientes con lo que quieres conseguir. Cuando lo observes fíjate la sensación que te produce. ¿Experimentas una sensación de alegría cuando los pasas y te acercas a la meta? Entonces es apropiado seguir adelante. Hay personas que los obstáculos las estimulan porque esa superación ve recompensada su sensación de éxito cuando consiguen sus metas.

Concéntrate en lo que deseas ya que actuarás de la forma más apropiada y los obstáculos empezarán a desaparecer. Si para superarlos sientes que tienes una gran lucha, te diré que hay una mejor forma de conseguir tus objetivos. Las barreras te llevan habitualmente a una dirección distinta y generalmente a un camino mejor. También los obstáculos en muchas ocasiones existen para protegerte y para frenarte a que actúes de manera prematura o atraer tu atención hacia algo que no habías percibido. Además te dan una oportu­nidad de ver todo lo que es importante antes de ir al paso siguiente.

Recuerda que con una actitud positiva todas las decisiones son mucho más fáciles y te ayudan a mejorar todas tus dificultades.

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